¿Cómo es una película diseñada para el Oscar? Es una película que principalmente expresa amor en todas sus formas: «La forma del agua» (2017), «La vida es bella» (1999), «Luz de luna» (2016), etc. La penúltima película de Quentin Tarantino no escapa de esa categoría. Es una declaración de amor al cine, así la llaman los franceses, y cada cineasta hace una a lo largo de su carrera. David Lynch hizo “Mulholland Drive”, Francois Truffaut “Una noche americana”, Martin Scorsese “Hugo”, entre otros. ¿De qué trata? Del director, productor, guionista, vestuarista, actriz, doble de acción y todo lo que tenga que ver con el acto de amor de hacer cine.
Con una exquisita selección de música, Tarantino captura el espíritu de los sesenta en los estudios de Hollywood, sin pantallas verdes, con planos americanos para rememorar el western, género que apasiona al director, como los personajes que interpreta Clint Eastwood, quien por cierto en 1994, en medio de abucheos, le entrega la Palma de Oro por «Pulp Fiction».
“Érase una vez en Hollywood” hace un recuento nostálgico del actor ficticio del western Rick Dalton (Leonardo DiCaprio) y su doble de acción Cliff Bolton (Brad Pitt). Aunque su disparador como guionista fue el crimen de la actriz Sharon Tate (Margot Robbie), en un momento Tarantino se dio cuenta que no había historia sino personajes, y decidió quedarse en su zona confort e irse por lo que más sabe hacer, tipos rudos y violentos, parecida a la dupla Jules (Samuel Jackson) y Vicent (John Travolta) en Pulp Fiction. El caso Tate se mantiene a los alrededores de la historia gracias a pequeños clips musicales de la hot babe vacía y frívola, que “ameniza”, sin trama alguna, y es más un elemento decorativo e incluso atmosférico.
Tarantino lleva la tragedia Tate a otro nivel. Nunca de manera predecible. ¿Un final que él hubiese deseado? Ya lo experimentamos con “Bastardos sin gloria”, en donde incinera a un grupo de nazis. Y eso lo bueno de Taratino que sabe sorprender. “Matamos a los que nos enseñan a matar”, dice el asesino de Tate, y es aquí en donde el director se burla de sus detractores quienes lo acusan de incitar la violencia en los jóvenes. ¿Ustedes qué piensan? ¿La violencia en el cine impacta en el comportamiento de los jóvenes?